Realizada
en torno a 1993 en los taller de Orfebrería Andaluza, sitos en San
Jerónimo (Sevilla), regentado y dirigido por Manuel de los Ríos.
Está realizada en metal plateado y sobredorado. La Junta de Gobierno
de aquel entonces buscaba una custodia “que guardara el más puro
arte sevillano y la mayor grandiosidad posible”.
Esta
custodia se compone de cinco piezas. La primera está constituida por
una base o peana redonda y está labrada simulando una concha, objeto
ya clásico en otras obras religiosas. Aquí se encuentra el escudo
de la Hermandad, rodeado por una aureola y rematada por una tiara
pontificia. La
segunda pieza está constituida por un cuello o tronco de formas
redondas, todo ricamente repujado a mano, destacando las más
expresivas formas de trabajo de la orfebrería sevillana.
En
la tercera pieza encontramos una de las partes más ricas de la
custodia. Está formada por cuatro capillas, labradas cada una en su
interior por pequeños rombos. La capilla central está destinada
para una pequeña imagen de María Inmaculada, la capilla derecha
tiene las letras JHS, la capilla izquierda tiene el anagrama de María
(la M y la A entrelazada) y en la capilla trasera nos encontramos un
jarrón con azucenas. Las cuatro capillas están rematadas por
adornos típicos de baranda sevillana. La
cuarta pieza está constituida por un cuello o tronco de formas
redondas, similar a la segunda pieza.
La
quinta y última pieza es la parte superior o cabeza. Es donde se coloca el viril,
de plata maciza y sobredorado, que acoge a Jesús Sacramentado. Esta parte nos
recuerda al más rico arte barroco. Se compone de un sol redondo
formado por una nube de la que salen las cabeza de unos ángeles
querubines, todos mirando hacia el centro, como alabando a Jesús
Sacramentado. A esta nube la rodea un grandioso sol y está rematada
por una cruz de laureles. Anteriormente, las ráfagas estaban
rematadas por unas.